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El pasadizo de los abrazos

-Helena, Emilia & Piciccio-

Había una vez dos hermanas que, como muchísimas hermanas y hermanos, peleaban todo el día por todo. Cansados, sus papás les dijeron que vayan a su cuarto hasta que dejaran de pelear.

Cuando se cansaron de pelear, hablaron, se amigaron y se dieron un fuerte abrazo. De pronto comenzaron a girar y, al soltarse, notaron que estaban en la cima de una montaña.

Entonces, volvieron a pelear, echándose la culpa una a otra hasta que una fuerte tos les llamó la atención: era un cocodrilo engripado que tenía un solo ojo y dientes de gomitas de muchos colores. Las hermanitas se asustaron y salieron corriendo.

Lejos del cocodrilo comenzaron a pelear de nuevo y, sin darse cuenta, se perdieron en un bosque de brócoli. La noche llegaba poco a poco, decidieron comer y dormir allí, refugiadas en los tronquitos.

Al otro día tuvieron una gran idea para saber donde se encontraban: agarraron una gran hoja, la doblaron y, soplando muy fuerte, la inflaron como un globo. ¡Desde lo alto verían la salida!

Subieron tanto que pasaron las nubes. Fue entonces cuando vieron una larga fila de bichitos caminando por una cortina escondida, llevando juguetes sobre sus cabezas. Al acercarse se dieron cuenta que... ¡eran sus juguetes!

Felices con el hallazgo, suponiendo que el camino las llevaría a su casa, se disfrazaron y metieron en la fila de bichitos. El camino subía más y más, tanto que se mezclaron con las estrellas.

Un resplandor les llamó la atención, curiosas, salieron de la fila y se asomaron: era el sol y, debajo de él, todos sus juguetes.

Un bichón con cara de malo las vió y gritó: “¡alarma! ¡alarma!”. Las hermanas se tomaron de la mano y comenzaron a correr sin notar que estaban en estrellas diferentes. Cayeron por la cortina y, con los ojos cerrados, se abrazaron muy fuerte.

La caída fue larguísima hasta que sintieron un gran golpe, abrieron los ojos y vieron a mamá, papá y un gran agujero en el techo. Las hermanas comenzaron a reír a carcajadas y, sin dejar de abrazarse, prometieron que intentarían no pelear tanto.

COLORÍN, COLORADO...

Por: Helena, Emilia & Piciccio

¡Leelo en versión libro!