EH!Toons

Emilia conoce a Kutu

-Emilia & Piciccio-

Había una vez una niña muy inquieta, alegre y charlatana a la que le gustaba mucho dibujar, pintar, jugar con sus muñecas e inventar maravillosas e interminables historias. Su nombre era Emilia.

Una noche, mientras dormía, escuchó un fuerte ruido en el patio que la despertó. Salió corriendo de su camita a investigar, miró por la ventana y... no había nada de nada.

Al otro día, mientras se hamacaba, escuchó unos pasos muy pesados detrás de ella, giró sin dudarlo y, de nuevo, no había nada de nada.

A la tarde, mientras jugaba a la pelota, vió en su ventana el reflejo de una gran criatura rosa, más alta que su casa y más ancha que su pieza, y, a pesar de tener mucho miedo, corrió hasta el lugar para investigar. Al llegar notó que algo se movía detrás de la maceta, se agachó y vió una pequeña criatura que la saludaba. Emilia le sonrió y devolvió el saludo.

-¿Cómo te llamás? - preguntó y la criaturita, con gestos, le dijo que no tenía nombre. Emilia pensó un ratito y exclamó: - ¡Te llamaré Kutu! - y sonrientes, estrecharon dedo con mano.

Desde entonces salía al patio para jugar con Kutu todas las tardes. Muy pronto comprendió que cuando no lo miraba, Kutu se hacía enorme y, cuando lo miraba fijamente, se hacía chiquito.

También hacían travesuras, como cuando a Emilia le agarraba hambre por no comer su comida y Kutu la ayudaba a buscar las galletitas que mamá dejaba en un estante muy alto.

Entre juegos y travesuras pasó el tiempo, Emilia creció, Kutu ya no parecía ni tan grande ni tan monstruo, comían galletitas de agua, tomaban mates y visitaban amigas.

Llegó el día en que Kutu, por más que Emilia dejara de mirarlo, no creció más; quedó chiquito chiquito. Entonces, hablaron de lo mucho que habían crecido juntos, se dieron un besito y se despidieron. Pero no estaban tristes, al contrario. Los dos sabían que, como el sol que se oculta para darle luz a otros niños, Kutu tenía que hacerse grande ayudando a otro chiquito.

COLORÍN, COLORADO...

Por: Emilia & Piciccio

¡Leelo en versión libro!